FATIMA DIAZ (artículo de opinión)

13.07.2012 19:58

No se a quién dirigir esta carta, ni siquiera se por donde empezar. Lo único que se, es que no puedo permanecer más tiempo expectante y esperando un futuro, futuro que para mi familia es incierto. Porque si mi presente no es fácil, lo que tiene que venir, según los últimos acontecimientos…, no es para nada alentador.
Soy Fátima Díaz Sánchez, tengo 30 años, y tengo una hija de 3 años. Myriam, mi niña, tiene una hemiparesia del lado izquierdo del cuerpo, causada por un infarto cerebral al nacer.
También, sufrió una epilepsia bastante grave llamada Síndrome de West, por lo que actualmente padece una epilepsia secundaria que no termina de controlarse.
Myriam y yo, vivimos con mis padres, mejor dicho vivo exprimiendo a mis padres. La única ayuda que recibimos es la pensión alimenticia  de su padre  y la prestación económica derivada de la Ley de Dependencia, la cual nos han reducido. Y con esto, es muy  difícil avanzar en la integración y rehabilitación de mi hija. No solo tengo que cubrir los gastos básicos míos y de mi hija (comida, ropa, aseo,…), tengo que trasladar 3 veces en semana a mi hija al Centro de Atención Temprana, por no mencionar las continuas visitas al médico, medicinas, cremas especiales, artículos ortopédicos,…; y aun así me quedo corta porque para su rehabilitación hacen falta más terapias: piscina, hipoterapia, fisioterapeuta infantil, y la continuidad de esta estimulación en el hogar..; las cuales
disfruta gracias a la entrega y generosidad de mis padres… a los cuales voy ahogando, después
de toda una vida trabajando.
Pero esto es lo me ha tocado… es duro, pero es la realidad. Tengo que aceptar que nunca podré tener una independencia, ni un hogar propio para mi hija y para mi, tengo que aceptar que después de prepararme académicamente para un futuro no podré ejercerlo porque tengo que mantenerme al cuidado de mi hija, tengo que aceptar que mi hija se rehabilita gracias a la generosidad de otros, …
¿Y en el futuro que tendré que aceptar? ¿Llevar a mis padres a la ruina junto conmigo y mi hija? ¿Qué haré cuando falten ellos? ¿De donde sacaré el dinero para pagar la rehabilitación de Myriam? ¿O es que ella no merece tener una vida  accesible? ¿Qué hare para subsistir? ¿Qué trabajo me permitirá conciliar mi especial vida familiar? ¿Aceptarán a una ingeniera sin experiencia? ¿Qué cotización voy a hacer a partir de ahora? ¿Qué terapias tendré que quitar a mi hija con una reducción del 15%? ¿Qué político se va a preocupar por esta situación?... ¿O es
que somos unos ciudadanos de segunda categoría que no merecemos las mismas oportunidades ni derechos?
Si alguien tiene la fórmula, que me diga como MI HIJA VA A TENER UNA VIDA DIGNA. Es fácil mirar hacia otro lado cuando no tienes estas dificultades o cuando tu capacidad económica o el poder pueden paliarlos. Es demasiado fácil apartar a los más inocentes… Pero NO SOMOS TAN DÉBILES. A mi entender somos GRANDES LUCHADORES.