LA BURBUJA CIUDADANA (Artículo de opinión)

03.12.2011 20:01
Artículo de opinión de, Enrique Rivas, portavoz por Toledo de la Platafotrma Ley de Dependencia (LAPAD) en CLM
La ya famosa burbuja inmobiliaria que nació, se desarrollo y estalló gracias a nuestras distintas administraciones, ha sido uno de los mayores detonantes de la situación por la que estamos atravesando actualmente en nuestro país. Casi cinco millones de personas están viviendo la situación sangrante del paro gracias, entre otras cosas, a esta creación abominable y que solo pretendía el enriquecimiento de unos pocos a costa del sufrimiento actual de muchos.
Todo esto ha causado que se nos pida a todos los ciudadanos un esfuerzo y sacrificio añadido al que muchos ya están realizando forzosamente y que, gracias también a nuestras distintas administraciones, es cada vez más potencial e incluso humillante.
En la actualidad, como por ejemplo en Castilla la Mancha, aparte de los sacrificios a nivel nacional que ya nos han afectado, tenemos que seguir haciendo un ejercicio de austeridad viendo como a nuestros hijos se les va a dejar sin la ayuda de los libros escolares, pero a cambio, podemos ver como se les asigna a nuestros diputados nacionales material escolar tipo Iphone o Ipad. También se les quita a nuestros mayores y estudiantes el carné de transporte, pero a cambio, nuestros diputados nacionales pueden viajar gratis en los servicios públicos e incluso con una asignación sustanciosa para pasear en taxis. Pero algunos por el simple hecho de ser diputados disfrutan de casas, con sus correspondientes gastos, de forma gratuita, pero a cambio, hay miles de familias desahuciadas por no poder pagar sus hipotecas o alquileres.
Pero no contentos con darnos tanta satisfacción, la presidenta Regional, Dolores de Cospedal, nos asegura que los altos cargos no podrán comer por más de 18 euros por persona e incluso si invitan a alguien tendrá que ser de forma justificada. Desde luego esto es una bonita acción, más si cabe, cuando hay familias que con 18 euros se las tienen que ver y desear para que todos sus miembros coman durante dos días y a costa de sus bolsillos, no, del dinero público.
No podemos dejar en el olvido aquel llanto de muchos donde se aclamaba al cielo por los mayores recortes sociales de la historia, sin embargo, nuestros funcionarios públicos van a pasar por el mismo recorte, eso si, efectuado por los que tanto protestaban por cualquier esquina de nuestro país y con un solo fin “la absorción de votos”.
Pero todo este sacrifico se puede agrandar más, aun si cabe, al menos a nivel regional, con la subida que se espera de las pensiones, donde por un lado el nuevo Gobierno Central ha comunicado que será efectiva según la subida del IPC (que se calcula en un 2%) pero que nuestra Presidenta, y gracias a la retirada del carné a las personas mayores, hará que sea un sueño inalcanzable, puesto que lo que les den por un lado se lo van a quitar por otro y esto como ellos mismos denominaron en su día es: “una congelación en toda regla”.
La sanidad, los servicios sociales, la Ley de Dependencia y el bienestar de las personas van a ser los ahorcados en esta pesadilla, donde los productores, aun quitándose la paga extraordinaria de sus sustanciosos sueldos, y en compañía de los de siempre, las intocables rentas medias-altas y sus impuestos, van a seguir dirigiendo a su antojo este mal sueño a costa del no dormir de los ciudadanos, cuestión incomprensible en cualquier sueño feliz puesto que los inocentes siempre son los triunfadores.
Por todo esto, una década después, se está empezando a crear una nueva burbuja, gracias también a nuestras distintas administraciones, pero esta vez ciudadana. A diferencia de la inmobiliaria, la cual solo nació con el fin de enriquecer a unos pocos, esta empieza a ver la luz por una obligación humana que no se puede apartar del mismo ser de las personas “la supervivencia”.
No se puede seguir sacrificando a los peones del tablero a costa de seguir llenando los bolsillos de las piezas más relevantes de la partida, porque, como cualquier burbuja, esta corre el peligro de estallar y las consecuencias serían potencialmente peores que con la inmobiliaria “ya que no se puede seguir hiriendo a quien está ya casi agonizando”.